Antonio Encinas Carranza

La presencia del amor

Una noche sentí la presencia
De las veleidades del amor
Que retozaban en mi corazón.
Me hicieron sentir los arrebatos
Y el ardor de la pasión.

Y se encendió el fuego infinito,
De las antorchas celestiales,
Que lanzaron los fuegos dorados
Y los ardores plateados.

Se iluminó el cielo y la tierra
Y los nuevos días de la resistencia opaca.
Y renació nuevas esperanzas,
De los días de alegría, placer y dicha.
Que disolvieron la insulsa tristeza.

La vida se reencontró con la felicidad.
Los astros indujeron al bienquerer.
Conquistando el amor con la sonrisa.
Sonrisa que surgía con cada amanecer
En los albores de las nuevas jornadas.

Fue fácil emprender una nueva vida,
Que prometía la miel de la dulzura.
E iluminado por la magia 
De la hechicería que emergia 
De la dulzura de tu mirada.
Quedó embriagada la melancolia.

El ver esos tus hermosos ojos.
La forma divina de tu ser maravilloso.
Y el espíritu iluminado de tu bondad
Que es un sueño de eternidad.
Es como ver como es el color 
De los espíritus iluminados.

Fue bueno y no lo niego
Porque viví tiempos nuevos
Resurgí como el fénix del fuego
Me volví inmortal en el amor.

Autor: Antonio Encinas Carranza

De: Lima, Perú
D. R.