La luz que todo mundo necesita
proviene desde el alma y no marchita;
es lámpara que alumbra la esperanza
con rayos luminosos de templanza.
Aquel que la bondad su pecho habita
y tiene del amor savia bendita;
camina por la vida con confianza
y firme, sin temor, su paso avanza.
Jamás podrán sentirse derrotados
aquellos que se visten adornados
con galas de piedad y de terneza.
¡Hagamos el edén en esta tierra
sacando la maldad que el hombre encierra
llevando como espada la nobleza!
Autor: Aníbal Rodríguez.