La niebla de mi tarde se agiganta
y mis labios te buscan ciegamente,
ignorando la luz de esta, mi manta
nocturna sin lucero ni aliciente.
Te recito mil poemas sin palabras
sin ver que todos rasgan mis heridas
aguardando el momento en que reabras
la gran fe de saber que no me olvidas.
Y perdido en mi naufragio sin tu amor:
voy y vengo sin saber a dónde ir
como árbol que no siente más albor;
Más finjo estar, aunque ya no sé vivir:
sin la voz de tu boca y su calor
no existo si no estás tú en mi porvenir.
* Ramiro N
\"He recorrido el tramo largo trasladando
mi pluma y mi tristeza y mi quién sabe cuánto\"
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