Olmos de la ribera
Cuándo las auroras enciendan las mañanas
clavando su hermoso ojo entre los míos,
sentiré sensación de escalofríos
cuál latir de redoble de campanas.
Un eco que de bronce llega al río
bañado con las aguas de las peñas,
los olmos que allí crecen nos enseñan,
secretos de las hojas que han caído.
Aquellas que cayeron sobre el río,
flotando irán camino de la mar,
llevando de la vida, lo que han sido.
Verdores que se deben olvidar
volviendo en primavera con más brío
y sueños que se pierden en el mar.
Menesteo