Un muro acribillado de palabras incoherentes
se eleva en medio del resplandor del nuevo día,
que arde, como las calderas del infierno
con un hervor que calcina el alma...
Y los fragmentos del cuerpo inerte,
se escapan en un intento vano
de formar una vez más
aquel corazón idiota
que sin piedad,
lanzaste al olvido …