PENE-trante
Al mirarme en tus espejos
Donde se atesora tu alma
Siento tu piel, en un sollozante andar
Que va errando a un imposible lugar
Del encuentro no total,
Entre el deseo y la necesidad.
Soy yo, habitante narciso, claro esta,
Oculto en mi magnificencia
Que necesita mirarse en tu ideal
Para encontrar la brújula de la verdad.
¿Cuál verdad? Si solo con abrazarte
Me desnudo de mi hombría
Y es tu goce quien me lleva
Hacia el desfiladero de la agonía.
¿Cual verdad? Si al colocar mis manos sobre tu piel
Mis sentidos ya no se coordinan
Y como locos desesperados
Cada uno por su lado,
Subliman cada emoción.
Es como si mis ojos alucinados evadieran, no hurgaran,
Y solo sintieran las profundidades de tu convicción,
¿Cuál verdad? Si es mi nariz la que advierte la delicadeza de tu aroma
Que perfuma mi alma… mi ser,
Y es mí boca, en desbocada sequía, la que lame tu haber,
Es ese, tú deseo quien camina conmigo en este atardecer.
Solo nuestro goce nos guía, sin freno ni medida
Comienza un Aria magistral
Momento cumbre …… al tocar tú entrepierna
Se abre tú santidad……
Y, es, al PENE-trarte, casi al final
Cuando, sin sentidos, sublimados todos,
Complacidos como en un triunfo báquico
Intento encontrar
La comunión, momentánea e imperfecta
Que me permita la existencia de otro introito….
Oculto entre el querer y el amar.
Vinicio G. Villalobos Ortega.