El fracaso tiene el aroma y la esencia de un momento que pasó ya hace mucho tiempo, que ya no volverá y que por alguna parte que no supimos atar bien y a tiempo algo quedó pendiente; tiene la imagen de cristales rotos, de zapatos usados y dejados abandonados; pero más que nada también recuerdos a situaciones complicadas porque complicado es unir el tiempo que se pierde pensando en cómo y porqué suceden o sucedieron las cosas. Queda también esa frustrante situación de no saber qué sucede mientras todo se desmorona, mientras todo se cae, mientras las palabras parecieran que más que ir borrándose del lenguaje lo que ocurre es que se van olvidando en el tiempo y con ellas el significado primero y diferente.
En algún momento de este fracaso a veces ocasional y a veces definitivo ocurre que por casualidad o en búsqueda premeditada aparecen palabras escritas en otros momentos, de otro tiempo similar o casi y entonces las leemos como queriendo encontrar ahí, en ellas, un principio de un final que debió ser y nunca fue pero que rompió la continuidad de lo que era aquella primera mirada sin distancia. En medio de todo esto, de esta confusión de los sentidos, aparece una palabra con un alto porcentaje de humildad e incluso de bondad y es Esperanza y que es a la que nos agarramos cuando creemos en esas personas que sabemos que saben entender de fracasos y victorias, de palabras con aroma a perdón y es entonces cuando allá a lo lejos visualizamos la imagen de otra palabra también con la misma fuerza de la mirada y es Fe: Fe y Esperanza.
El Ser humano está abocado a su caída en su misma existencia porque simplemente no podrá jamás superar la última de sus aspiraciones y es la Eternidad; el fracaso, entonces - y dado de que la Eternidad es imposible – nos viene por el hecho a veces cruento de no saber buscar el principio de nuestros errores y que son los que producen la soledad del alma, el silencio de las palabras y al final el fracaso de las relaciones humanas; nos queda aún saber comprender y perdonar, o lo que es lo mismo: Fe y Esperanza.
Manuel Meneses J
10/3/2019.