PREMONICIÓN
No te deseo ningún mal, pero escucha;
cuando vuelvas a mirar la luna
y tus sentidos se enerven,
notarás que tu sangre hierve,
porque yo la estaré mirando.
Pensaré en ti, seguramente,
pero ya no te echaré de menos,
tu figura se irá diluyendo
a medida que hago recuento
de tus patéticas y elaboradas mentiras.
Evidencia
La excusa de la responsabilidad,
es en realidad despreciable cobardía,
es el miedo a sobrepasar
y saltarse el límite, la zona acomodaticia.
Perder la reconfortante seguridad,
nos frena, nos paraliza.
Las alas que ata la sociedad,
que crecieron en un conato de rebeldía,
se repliegan a su posición original
en un ademán sumiso, conformista.
Campoamor