Camina por la vida.
Camina hoy, porque un día la propia vida ha de hacer que no camines y ya no podrás hacerlo.
Hazlo hoy. Camina por la vida. Disfruta de la mañana: del canto de los pájaros que flotan bajo el cielo, del ladrido de algún perro que reclama su alimento, de las flores que se asoman a ver el sol de la mañana y, en fin, de tantas cosas que tan sólo necesitan ser simplemente vistas o escuchadas por ti mismo.
Camina hoy. Invita al viento amigo a pasear por todo el parque. Dile a cada rosa lo magnífica que es. Cuéntale a aquel árbol que le admiras su paciencia. Hazle ver a los gorriones que son libres y no vagos. Recuéstate en el pasto y ve el azul que cubre el cielo. Entiende que tu vida cada día cumple un sueño.
Háblale a la vida que está siempre en movimiento y llénate de un mundo que te ofrece tanta paz.
Hazlo hoy. Camina por la vida. Que no sea la rutina quien le gane a tu alegría, que no gane el enemigo que tu mismo has construido.
Sé valiente y decidido, y verás cómo el destino te abre puertas nunca abiertas. Algún día aprenderás que en lo más simple de la vida radica la belleza, la virtud de amarlo todo y el poder de hallar la fuerza para concretar un sueño.
Hoy puedes amar, porque siempre te han amado, y te aman tantas cosas que ni caben en tu pecho.
Camina hoy, porque un día la propia vida ha de hacer que no camines y ya no podrás hacerlo.