Se arrepentía todo el tiempo..,
si giraba hacia la izquierda,
lamentaba no haberlo hecho a la derecha,
si escogía una manzana y dejaba una pera,
si comía demasiado,
o se quedaba con hambre,
si le gustaban los deportes,
y perdía el tiempo con la poesía,
se arrepentía..,
de mirar el cielo,
y no saber quiénes estaban a su alrededor,
si escogía el azul,
o pintaba paisajes en rojo,
se lamentaba..,
del camino recorrido,
y el que pudo haber elegido,
se reprochaba en su silla,
por no estar en el sillón,
se arrepentía los domingos,
cuando maldecía a los viernes,
del sabor del helado que elegía,
de la ropa que lo vestía,
hasta de sus medias se arrepentía!!
de discutir por política,
y renegar en silencio cuando no lo hacía,
de escupir el vino blanco,
cuando pudo ser tinto el que lo acompañaría,
de casi todo..se arrepentía.
Pasar noches enteras escuchando sus teorías,
sentirse atontado cuando se despedía,
buscar excusas tontas para demorarle su partida,
de eso.., no se arrepentía,
de dejarle una flor en silencio cuando dormía,
contemplar como un todo la figura que debajo de la sabana se escondía,
sentir como embrujo la fragancia de su piel,
hacerse adicto a esa hechicería..,
de eso nunca se lamentaría,
que fue libre en sus brazos,
que descubrió en el silencio el paraíso en su mirada,
de aquellos juegos tontos que tanto disfrutaba,
de una caricia repetitiva que nunca lo cansaba,
aquellas cosas.., no maldecía.
Ni siquiera en su partida,
no lamento haber gastado ni un segundo en vano,
de sentir la vida en el misterio de una abrazo,
detener el tiempo en una caricia,
sentir una revolución en las tripas,
cuando en sus labios recorría lento desde sus mejillas,
y ese beso sanaba cada herida,
de nada de eso..se arrepentía.
Daniel Memmo