Todas las maldades tienen un nombre negro,
aquel que en la oscuridad no vive y se muere,
y se muere porque cayó en un pozo de sol oscuro,
que sólo dice la verdad (si la dice) por mentiroso.
Es el diablo quién dirige el coche de queso fundido,
que a su vez, va a toda velocidad para tu mayor engaño.
No te fies de la persona de buena vista y sonrisa fácil,
que bien pudiera ser el propio demonio vestido de blanco.
Belcebú tiene muchos nombres de dictadores,
no es diáfano,es opaco por su propia naturaleza;
hace conferencias con velas y barba enrollada;
y se viste desnudo para su mayor gloria hipócrita:
¡el diablo tiene nombre!,no lo olvides.Y te raja
con su navaja para apoderarse de tu sexo destructivo.