Es faro la verdad que no fenece,
su llama siempre crece,
es lumbre que nos guía en el camino
llevando del honor el don divino,
que luce cristalino,
con halo que jamás se desvanece.
Su rayo es la lumbrera que florece,
y gran fulgor ofrece,
en medio de avatares del destino
nos presta su poder tan diamantino,
igual que claro trino
que al alma, con su luz la fortalece.
Del mundo es la coraza mas hermosa
que paz a la conciencia proporciona,
y sirve cual corona
tejida con esencias de guerrero.
¡Aparta las espinas de la rosa,
es fuerte como garra de leona
que al falso desmorona,
con dardo luminoso y muy certero!
Autor: Aníbal Rodríguez.