Te conocí un día de finales de invierno, pero, tú, hacías primavera!
Te vi llegar a lo lejos, acercándote más y más...
El frío y brisa que envolvían la ciudad y esa calle, se hicieron independientes e indetectables a mi piel al sentir el calor y tibio de tu mirada...
Esa mirada que detuvo todo el funcionamiento automático del mundo a mi alrededor, para hacerlo mecánico, y funcionase bajo tu mando...
Me detuve solo a mirarte pasar, sin poder decir palabra alguna en ese instante, salvo, hola, con voz nerviosa y temblorosa...
Te imaginé frente a mi diciendo hola, y sintiendo como todo tu ser sumaba al suyo el mío...
Te vi... Te conocí!!
Poder escuchar tu voz por primera vez, al responder a mi llamado, enamoró mis oídos, sentirte cerca, enamoró mis sentidos...
Te vi, y desde ese primer instante, me sentí tuyo, me enamoré... Me enamoré de esos ojos que nunca había visto, y de esa sonrisa que no había recibido... Me enamoré!!
Te vi... Te conocí!! Me enamoré!!
Sentir el tacto de tu piel al darnos la mano por primera vez, me hizo querer nunca soltarte...
Ver como la luz del sol inquieto se deslizaba por los pliegues de tu cabello y tocaba suavemente tus labios, quise tocarlos! Quise besarlos ese primer día en que te vi! Ese, en que pude tenerte cerca por primera vez!
Te conocí, y mucho cambió, para bien, tanto así, que aquí estoy escribiendo para ti...
Te vi... Te conocí!! Me enamoré!!
No tengo un poema que escribir, una prosa que describir, cuento o fábula que contar, para decir al mundo que de ti, me siento feliz de enamorar!!
Declaro y entrego a ti mis sentimientos... Y agradezco al tiempo, a la vida, al destino, la casualidad y el Cielo mismo haberte conocido!!