Te busco a todas horas vida mía,
el aire necesito de tu aliento,
que sirve a mi existencia de sustento
y calme, a tu regreso, mi agonía.
Quererte con locura es mi osadía,
tus caricias mitiguen mi tormento
(pues de tus besos ando muy sediento),
y recobre mi alma la alegría.
Si me faltas y no puedo tenerte;
¿para que quiero continuar viviendo,
si estar sin ti peor es que la muerte?
¿Y para qué seguir uno sufriendo
si no consigo ni siquiera verte?
¡Mejor morir que ya vivir muriendo!