Sabía que podía suceder
al fin tus manos puedo ver,
me detuve como las madres
a observarte
para que la fotografía me hable.
Cuando te pones serio
las comisuras se opacan
y cuando sonríes
la ternura te embriaga.
Las pupilas despiertas
la mirada intensa
en el entrecejo impera
la señal de la madera
la frente llena de constelaciones
ideas lógicas y abiertas.
Está a la luz el liderazgo
la espiritualidad en tus rasgos
la fortaleza de tus brazos
la seducción de tu mirada.
Me imaginé tu fragancia
caminando con prestancia
con el amor en los labios
mientras la fotografía me habla.