Hoy, al final del día me despedí de ti con un te amo,
sintiendo poco a poco que el mundo se partía
en miles de pedazos sin remedio,
que, aunque trate…. no pude escapar de esta agonía.
Solo me pare a observarte y muy lentamente
vi que te alejabas dejando trizas de sueños a tu paso
y con el alma y corazón ya paralizado,
te dije adiós como si nada,
mientras mi rostro temblaba helado.
Me alejé poco a poco,
sintiendo un mar salado en mis ojos,
con mi cuerpo hecho migas
con los labios sellados y dormidos para no gritar TE AMO a lo lejos.
Y cuando estaba a punto del derrumbe,
recordé no ceder al suelo, te llamé para escuchar tu voz
y soportar esta fiera tormenta de sentimientos
Me hare fuerte ante la despedida
Porque tu eres un sueño enternecido
Hasta volverte a ver
ese día podre renacer,
y todos los colores del brillo de tus ojos podré acoger.