Otro hombre enamorado, aburrido y de gran corazón, sabe que la felicidad es un habito y no una alternativa basada en una persona tibia, sólo que es tan verás; que teme buscar, encontrar y extrañar de nuevo. Sentir la decadencia escurriendo las rodillas sin poder asfixiar a la gravedad y llevar las gotas derramadas hasta la tráquea reseca y amarga.
Sabe que exiten personas grandiosas ¡Las he visto! gente que no es de exhibición ni de circo, con las que puedes compartir una buena taza de robusta sin pretexto y con delirio.