Siento lágrimas cálidas por mi rostro, será el doloroso recuerdo de tu mirada de amor; Como poemas sin final, como frases celestial.
Resultaste ser igual al resto, y que honesto fuí al pensar que me amabas de verdad; solo eres mi pasado más feliz, y mi día a día más infernal.
No te odio, tampoco te quiero extrañar; solo pensar, cómo podré aguantar, cómo podré soñar: si lo que eramos, se parecía a la realidad.
Y quién soy ahora, y quién eres tú; no puedo vivir con mis anhelos, por que cada día muero, en mi más grande lasitud.