Quisiera ser viento que viaje ligero.
No encontrar muro alguno que impida mi viaje.
Perderme en parajes lejanos, desconocidos, incontaminados.
Descansar en las nubes, refrescarme en las cascadas, alimentarme de amaneceres y atardeceres, deleitarme contemplando las estrellas, los luceros, la luna llena.
Ser alivio en el verano. Avivar el fuego de la hoguera, peinar los árboles de la ladera.
Jugar con el molino, deleitarme moviendo los trigales.
Atrapar el perfume de los naranjales, de los rosales, y esparcirlos lejano.
Mover a mi antojo las olas marinas, sostener las aves en vuelo, barrer las hojas secas del suelo.
Despeinar al caminante, al niño jugetón, al fiel amante.
Ulular entre las grietas o a través de las ventanas solitarias.
Secar con delicadeza las lágrimas derramadas, el rocío mañanero, el lloviznar ligero.
Poder ser fuerte o suave, frío o cálido, sensible, inaferrable….libre.