A veces se humedecen mis ojos, ya más tarde no sé por qué fué, se ha borrado cualquier intento de mal recuerdo y cualquier mala palabra, hay espacios vacíos, a veces me quedo inmóvil un minuto, o dos, si una lágrima acude lo atribuyo a mi vista cansada (de esperarte), a veces mi cuello se ladea y paso horas en el limbo, cuando miro el reloj fue sólo un instante, ¿Qué poder especial tienes de brincar en el tiempo?. Siempre he sido así, taciturna y soñadora, un espacio cerrado. Pero tú me descubriste como tierra nueva y se abrieron todas mis flores de golpe en tu presencia, no hay luz celeste que semeje la inmensa claridad dorada que se expande al universo, cuando me llevas al infinito ... Cuando me amas.