Cual un Boris Gold me descuelgo de las palabras
tal Hombre de la Rosa flexo elocuencias
me han vetado en el coloquio de estilizados castizos
por no ceñirme el cinturón retórico de la Academia
Sin protesto discurro cada ícono entre los dedos
emulo la fragilidad del cauto y conservo la audacia del paciente
ya Cóndor, ora Capitán de metáforas
aguardo parcamente hasta la próxima sinestesia
andando
andando
ahí nos veremos andando.