Dulce

Ya no quiero

 

Ya no quiero

fotografías que me hablen

ni grillos que me susurren

ni tiernos conejos observadores.

Me doy cuenta

que soy un espejismo

un oasis en la avenida

un verdadero acertijo

y si Dios me creo invisible

debe tener una razón

porque el aliento

con que me sopló

tenía aroma de eucaliptos

por eso me siento tan fresca

para escribir poemas.