Edu Fantini

LA TRAMPA

Aún dentro de este encierro puedo verte,

mujer maravillosa y adorada

que todo lo que emprende lo consigue,

y que ama a los que ama como a nada.

 

Te aprendo a los borrones. De tan torpe,

provoco tu estallido y se te pasa.

Y entiendo la medida de mi suerte:

se ve que sos de miel, hasta enojada.

 

Si se suman las cuentas a pagar

con bonificaciones en tu haber,

va un Plus por seductora natural;

doy otro por hacerme enloquecer.

 

A la excelente madre premiaría,

más otro Adicional por elegancia.

Y nunca entendí cómo pretendías

que no me enamorara de tu magia.

 

Este embudo de amor, donde he caído

lenta, continua, inexorablemente

fue trampa sin querer; sólo por eso

no te llamo tramposa, ni en mi mente.

 

El grito atormentado que te nombra

y pide me liberes, que atrapada,

sin chances más que tu misericordia,

ya mi alma se retuerce, enamorada.

 

(Admito un cierto encanto de mi encierro:

al menos desde aquí veo a mi amada

vivir su libertad, volar su vuelo

y ella también me ve, sin hacer nada).

 

No es para huir, sino para besarte,

confío en que me sueltes algún día.

Dios deje que ese día te equivoques

y caigas en la trampa de mi vida.

 

Edu Fantini