Hermes Antonio Varillas Labrador

En mi modus vivendi

En mi modus vivendi

Cosas que me agrada hacer para alejar el terrible alemán que mientan Alzhéimer. O como dirían los adolescentes a su muy novel y núbil edad “¡Cosas de viejo!”, cuando la experiencia poco importa y poca es la visión en el amplio abanico que nos ofrece la vida.

Sin orden de prioridad, las presento a continuación alfabéticamente.

 

Agradecer humildemente por los infinitos dones de la vida.

Animar en un evento folclórico-cultural o como maestro de ceremonias.

Antes que ver la T.V., escuchar, o, hacer programas educativos en radio.

Apreciar el canto y la buena música de todos los géneros.

Aprender a hacer o conocer algo nuevo cada día.

Cantar en público y en grupo, o, aunque sea en privado en el baño.

Clasificar los residuos sólidos para que la materia biodegradable no se convierta en basura, sino en abono orgánico.

Coadyuvar con la meritocracia, desdeñando la mediocridad.

Coleccionar estampillas (filatelia) y fotografías.

Colocarles a mis actividades un toque de buen humor.

Conversar franca y abiertamente sobre cualquier tema.

Defender nuestro madre Tierra creando consciencia ambientalista.

Deleitarme en un conticinio inspirador de poesía.

Demostrar con congruencia y con la práctica lo explicado en teoría.

Diseñar audiovisuales para una ponencia o discurso.

Disfrutar del rico sabor del pan andino recién salido del horno.

En lugar de recibir, dar obsequios, preferiblemente no materiales.

Extasiarme con la cándida sonrisa de los niños.

Grabar y editar audios con mucha creatividad.

Jugar con los niños de forma didáctica.

Hacer uso de las TIC: Internet, Diseño, Fotografía, Vídeo, Office, etc.

La práctica del deporte, en teoría el ciclismo, la natación y el bowling, y cuando no se pueda, el atletismo, y más adelante la caminata, aunque sea con un bastón, pero siempre moviendo músculos con mucho corazón.

 Leer eventualmente y sin fanatismo la Biblia.

Loar la convergencia de opinión con el prójimo.

Maravillarme con cada amanecer y atardecer y no esperar para ello los ocasionales eclipses.

Meditar y reflexionar en mis frecuentes horas de amena soledad.

Mirar a los ojos a las personas mientras sostengo un diálogo.

Mostrar amabilidad y buena educación en cada momento.

Ofrecer consejos y recomendaciones de buena salud.

Pagar mis deudas a tiempo y sin ningún indicio o intención de fraude.

Practicar el ciclismo no competitivo. Nunca tuve ni piernas, ni pulmones para ello.

Preparar un plato de los siete potajes: El antipasto.

Promocionar de forma gratuita mi humilde obra intelectual.

Promocionar y aupar la fe renovadora del venezolano que en tiempos de crisis no se amilana, crece como la espuma de sus playas.

Reconocer que no soy perfecto y que de las caídas y errores adquiero mayor experiencia para superarme.

Resolver enigmas, acertijos, crucigramas y en especial SUDOKU.

Respirar el aire puro en contacto directo con la madre natura.

Saber que han mejorado sustancialmente mis expectativas de vida al hallar un exquisito gusto a lo que es realmente prioritario y definitivamente humano.

Sentir la presencia del Creador del Cosmos en mi vida y en mi obra.

Solidarizarme con quienes están en frágiles condiciones, sin caer en hipócritas actos de caridad.

Soñar en un mundo con mayor justicia y armonía vital, sin dejar de ofrecer con tenacidad mi pequeño granito de arena para ello.

Tomarte un café leyendo el periódico o platicando con alguna amistad.

Trabajar incansablemente en lo que me gusta: Educar, formar, concienciar, e ilustrar a mis semejantes.

Utilizar de forma apropiada el castellano mediante el empleo de la gramática y la ortografía, sin caer en obsesivo perfeccionismo.

Valorar la generosa y modesta sabiduría que deja el paso de los años.

Viajar y conocer costumbres y tradiciones en Venezuela y el exterior.

Visitar e inyectarles ánimo a personas enfermas.

 

Colofón: De la anterior lista que son muchas de mis exquisitas aficiones desde adolescente, hoy gracias al terrible régimen que nos destruyó el país, aún me quedan algunas, visitar enfermos, por ejemplo, que ahora el número de casos crece exponencialmente.

Pudieron robarnos todo cuanto teníamos, pero no podrán robarnos la sonrisa y la alegría por la satisfacción que nos depara la labor cumplida.

 

Hermes Varillas Labrador

#Formando Ciudadanía & #ElArcoIrisDeLosNiños