R. Gruger

Niña cargada de penas

Niña tan dulce

cargada de penas,

milenarias penas;

culpable de nada

sólo de ser niña,

una niña tierna.

 

Llevando en tus brazos

sin carnes ni fuerzas,

aunque no lo sabes,

las culpas ajenas.

 

Tu cuerpo menudo

hecho para el juego,

ignora que existe

el lino y la seda.

Niña del desierto

de caliente arena.

 

El signo del hambre

marca tu existencia,

mientras otros niños

en otras fronteras

tienen pan y leche,

juegan en jardines

y van a la escuela.

 

Me duele mirarte

tan desprotegida,

tan dulce y tan tierna,

cargando en tus hombros

por siglos y siglos

las culpas ajenas.

 

Culpable de nada

sólo de ser niña,

nacida en el centro

de infausta contienda

de otros que fueron

también, ayer niños,

que hoy se disputan

en nombre de Dios

el odio y la guerra.

 

Quisiera decirte

montón de inocencia,

espero que entiendas...

tu hambre es mi hambre

tu pena es mi pena.

FIN

8 de noviembre 2001

R. Gruger.

(A una niña de Afganistán)