Porque adoras el metro y la cadencia
del verso suave, musical, completo,
te escribo con el alma este soneto
inspirado por ti desde la ausencia.
Inspirado por ti desde la ausencia
que flota como barco a la deriva
sin muelle cierto, sin ciudad nativa,
pero atento al vaivén de la inclemencia.
Pero atento al vaivén de la inclemencia
tendré cuidado de agradarte en todos
los sueños que cultivas diariamente;
cuidado de seguir con persistencia
este amor singular de todos modos
que florece en un campo diferente.