Cuando tu voz
se haga carne
te acariciaré la piel
desde adentro.
Desde las tempestades
desde las soledades
y los más hondos silencios.
Sacaré a la esquina
los pre juicios y los miedos
porque el olor me ensordece
me he pinchado tantas veces
con las miradas espinas.
Te llevaré al refugio de besos
porque nací para eso
para amar desde el instinto
amar desde el destierro
no conozco otro modo
de descansar la mente.
Me imagino
entregándote mi vientre
y el placer del instante
sería bueno y bastante
para morir varias veces.