Daniel Memmo

Mienten!!

Quien es el dueño de esta lagrima?,

bucarán culparmé con esta evidencia,

que soy el dueño de esa tristeza,

alguien la acostó sobre mi mejilla,

dirán los estudiosos que ando llorando por tu ausencia,

que no pude asomar el cuello del naufragio de tu partida,

mienten!!,

ya ni recuerdo tu sonrisa,

no insisto para que me digan si aún me recuerdas,

mienten!!,

todas las conclusiones..,del que ya no soy el mismo,

que paso el tiempo en recordar tu perfume,

la latitud exacta de tu lunar,

cuantas marcas sumaban en tu rodilla,

mienten!!,

los años que se han blanqueado,

como en remojo.., en lavandina,

aquellos días que simulaban sonreír,

ni recuerdo el gesto de tus miedos,

no espero nada de los días que vendrán,

solo estoy preocupado si el vino cumplirá con lo prometido,

dulce viaje a lo que pudo haber sido..,

mienten!!

esa lagrima no es mía,

el frío me ha marcado la piel,

los años envejeciendo pidiendo tres deseos,

crema y dulce de leche!!

nunca pedí que vuelva, antes de que expire el fuego de las velas,

mienten!!,

esa no es mi lágrima,

ya no tiembla el pulso en mis letras,

ni tu nombre me produce descargas,

el pasado patina por los vómitos..,

no niego que me he emborrachado por brindar por tu camino,

nunca pedí que vuelvas!!,

mienten!!,

solo buscan una historia para calmar a los que no olvidan..,

que dejan flores en las esquinas que se confesaron,

no cuenten conmigo!!,

ya ni recuerdo sus carcajadas,

ni el movimiento suave cuando se desnudaba,

ni siquiera las escenas exacta que dibujan murales

mienten!!,

he juntado mis partes..y volví a inventarme,

he seguido el camino probando otros destinos,

sigo intentando dormir en otros brazos,

confundirlos con el paraíso,

aunque no lo he encontrado,

no extraño la pose de tus brazos formando la almohada perfecta.

Quien es el dueño de esta lagrima?,

bucarán culparmé con esta evidencia,

que soy el dueño de esa tristeza,

alguien la acostó sobre mi mejilla,

nunca podrán acusarme que ese lágrimal,

si florecé cuando duermo,

nadie puede acusarmé por soñar.

 

     Daniel Memmo