Resplandece en lo alto
el sol de la vieja Castilla
tan lozana y castiza como siempre
envuelto el otoño en su mantilla
los surcos dorados, la bendita simiente
extensos y largos caminos
que en el horizonte se pierden
mas ¡ Ay ! una lágrima queda
y en el tiempo permanece
empapada de tantos recuerdos
campos blancos de Castilla
donde los trigáles en el alma crecen
Benditos campos de Castilla
que guardan el ocre del paisaje
la blancura y la dulzura
de lo puro y de lo incierto
el frescor de la luz, el silencio del viento
tierra, surcos y el cielo en la mirada
respirando el fondo de su belleza
muros por donde las palabras caminan
el soplo de la vida en el aliento
hay balcones de plata siempre abiertos
por donde entran, a tropel los pensamientos
a lo lejos, las torres de castillos desiertos
desgarradas las piedras, que meditan en siléncio
grandes llanura soñadas
entre horizontes azules, mis sentimientos
Quizás alguna cañada, cercada por los fresnos
que con sus tiernas ramas
son un islote en invierno
sueñan y sueñan, bendito sueño
¡ Ay, campos de Castilla !
con cuanto amor os recuerdo
llenos de nostalgia
os llevo dentro, bien dentro
en el fondo del alma
Oro en las riberas del Tórmes
cuando pasa por Salamanca
pedazos de ternura, llena de gramática
el viejo bronce latino
de los estudiantes que pasan
la universidad se refleja
en los espejos del agua
y se sienta en su trono de oro
campos, benditos campos
los campos de Salamanca...