Por si algún día se te viene a la mente
que por fin te has marchado
de mis rimas en las madrugadas,
estás muy equivocado.
Mi deseo de despertar a tu lado
hasta la fecha no se ha esfumado,
eres lo que más me gusta de mi pasado;
somos el uno para el otro, creo que se te ha olvidado.
Todavía te siento a tres pulgadas de mi,
aún recuerdo a tu madre mirándonos
con los ojos lluviosos mientras bailábamos
en medio de la pista, a la vista de todos,
tú y yo, una pieza espectacular,
el ritmo que nunca te puede faltar.
Todavía tu perfume es dueño de mi olor,
tus ojos negros, preciosos, me siguen causando dolor,
aún extraño tu cama, ¡que lugar tan acogedor!