Vivimos
cavando la tierra de mayo...
y escuchando
el impulso del viento rústico.
Intercambiando
diálogos sencillos e ingenuos...
en contento coloquio,
de sucesos, de pasados tiempos.
Y pensando
que la vida es un batallar diario...
pero contigo menos
cuanto te veo sonreír a mi lado.
Y pidiendo a Dios
que bendiga nuestro gran amor...
el cual es humano
pero vive con fervor cristiano.