Matias 01

QUIEN SABE

Que nadie nos despierte

Que nadie nos separe

cuando estamos encerrados

y hundidos

en el silencio en que la luz nace;

 

Quien sabe de nuestros rincones

y quien, donde se quedaron nuestras extremidades;

quien descolgará

nuestras manos de los techos

y nuestra piel de la cornisa

de las nubes;

Nadie fue testigo de nuestras tormentas

y los kilómetros de silencio

que calentaban nuestros costados

¡Ah tardes moribundas!

con sus nudos disgregados

en su lujuria.

¡Ah rincones ensimismados!

en ellos me voy quedando

¡Solo!

Me he quedado sin alma

y lo disfruto

me he quedado roto y estrangulado

y lo disfruto

el dolor merodea con sus clavos

y no sabe dónde asirse

y lo disfruto;

Te fuiste con tu cabellera alada,

con tus luces

y esos cúmulos de pura vida

que me alimentaba el alma;

 

Quien sabe cuánta hoguera

aprisionada aun me queda

y cuanta sombra sobrevive

alrededor de mi vino fúnebre;

En esta noche que miro el horizonte

algunas luces

se apoderan de mis ojos

y te imagino allí en el infinito

llenando el vacío de los desamparados;

Esas luces resbalan trémulas

hasta este abismo

para solo estar en mí y en tu recuerdo

como un remanso de paz

en este desierto de sombras

que ha quedado;