CELOS
(A Gabriela)
Cuando deslizo mis manos por tu cuerpo,
hasta llegar a ese punto que las llena,
se desborda un tumulto de deseos
que corren desbocados por mis venas…
Cuando siento en contacto con mi pecho
tu pecho de lujuria lleno,
penetra en mis venas el veneno
que habrá de aniquilarme aquí en tu lecho…
Cuando toco la seda de tus muslos
y se electrizan las yemas de mis dedos,
me sube por los brazos un relámpago
que me detiene el corazón en seco…
Cuando siento tu aliento, fuego lento,
que enciende mis entrañas y me quema
con el hierro candente que me marca
como esclavo de ti, que eres mi dueña…
Chocan dentro de mí dos sentimientos;
conflicto eterno de placer y pena:
el placer de saber que hoy eres mía
y el dolor de saber que fuiste ajena.
Y estalla en mi centro el celo atávico
del moro que acabar quisiera
con la vida de cada uno de los hombres
que a mirarte a los ojos se atreviera.
José Luis Morales Villarán ©
Mayo 13 de 2008.
McLean, Virginia, USA