Canción al hombre del amanecer.
Hay hombres que suben al amanecer, que no pueden negarse al destino de ser hombres y que deben siempre encontrarse con ellos mismos. Hombres que deben dar la vida por separar la muerte de los que un día serán niños. Hay hombres que no pueden dejar de ser lo que son: hombres. No pueden. No pueden por el tan simple hecho de tener que dar la vida por muchas vidas más. Son hombres... hombres de visiones e ideales que no caben en ninguna pesadilla, sólo en sueños...: sólo en sueños caben los que un día visten de hombres para hacer ver la libertad al preso, al enrejado... y al que a su amada ve llorando sin saber de su consuelo.
Hay hombres que suben al amanecer de los poetas, de los que una vez le escribieron al mensaje de la vida. Son hombres... son amantes de mujeres que en la vida siempre sueñan. Las amadas, las más bellas figuras del entorno ensombrecido, son musas sempiternas para aquellos que aman la vida. Son hombres… son hombres los que ríen cuando el blanco ya no es luna y el destino se convierte en una carta ya leída.
Hay hombres… hay hombres que en la vida aun suspiran por un beso y que anhelan ser el sueño de la más bella mujer. Hombres que se entregan al respiro de su amada y que enfrentan a la muerte con la más honda sonrisa. Son hombres… son muy hombres los que mueren sin irse de esta vida.