Un buen día pasé por Soria
con mi mochila a cuesta
y mi bufanda a rayas
en el cuello dando tres vueltas
hasta el alma se empapaba
del frío de la sierra
con su vestido de nieve
colinas calvas y plateadas
con el sol de la tarde
los grises encináres roncaban
rodeados de pedregales
los álamos del río
cantaba el agua que pasaba
la nostalgia parecía echar raíces
por las orillas del Duero
y a descansar me paré
para escuchar la sonrisa del agua
quizás en primavera
tenga flores el alma...
Y allí por donde el Duero camina
entre un musgo amarillento
un viejo olmo en la colina
a lo lejos un largo camino polvoriento
que parece que nunca termina
hay una empinada cuesta
por donde el viajero camina
sueña la tarde y se oscurece
arrancando un suspiro al alma
sombrío y callado espero
harto ya de tanta nostalgia...
Las estepas castellanas me recuerdan
los cascos de caballos y el brillar de las lanzas
por los caminos polvorientos
los caballeros pasan
hambre y sed y mil fatigas
junto a ellos cabalgan
suenan los cascos de caballos
por las estepas castellanas
el sol en lo alto se mira
en las puntas de las lanzas...
¿ Y dices que mis versos son fantasía ?
¡ No ! porque los riego con sangre de mi corazón
y los abono con mis lágrimas
son el fruto de la ternura, del dolor
del sufrimiento del alma
del románticismo y la nostalgia
son un monumento a la ilusión
un homenaje a la Esperanza...