El ingrediente inicial de nuestra pócima de amor
una mirada, una mirada profunda e inesperada
como un hechizo de magia deslumbrante,
su intensidad pintó de azul el día,
encanto de luz, dulce energía,
inicio de amor alucinante.
Dos ingredientes más entraron en acción
el uno, una sensación nunca sentida,
estremeciendo el cuerpo de norte a sur
todo el día, embriagando de amor el alma mía,
como suave caricia desvaría,
inmerso en un sentimiento fascinante.
El otro, un deseo incontrolable desde ese día
que renueva sus colores a la vida,
despierta al amor mil ilusiones,
plagadas de intensidad incontenida,
de alegría, de ilusión, de anhelo
y pasión nunca antes sentida.