¡Soy el agua!
Soy el agua de la lluvia en las mañanas de noviembre.
Soy el agua de tus lagrimas explorando mis mejillas.
Soy el agua que baja por tu pelo y lava mi tristeza.
Soy el agua de la ducha que se desliza por tu cuello, que tibiamente acaricia tus senos y que escapa sin dejar recuerdo.
¡Soy lo imprescindible! soy la vida y soy el alma marchita de la muerte.
soy la fantasía del sediento, el fetiche del hambriento, la cura a la resaca y la respuesta del silencio, ¡soy! ¡soy un escape al escarmiento!
Soy el flujo salvaje del disfrute, soy tu aliento cálido excitando mis adentros.
soy mis manos húmedas, soy tu cuerpo humedeciendo.
soy el roció de tus pecas y la tormenta de tus pechos.
pero al final de este diluvio somos agua de otro cuenco.