Volvió la tarde
precoz, de primavera,
y vino el sueño.
Cuerpos cansados
se estiran indolentes
en el sofá.
Quizás esperan
los rayos y masajes
del viejo sol.
Cierro los ojos
y sueño fantasías
irreverentes.
En una de ellas
paseo por los cielos
en plena noche.
En otra bailo
en medio de los mares
y de las olas.
Es el calor
que me entra por las venas
quien me transforma.
Te veo a ti
en medio de la fiebre
que me consuelas.
Siento tu voz
que llega y estremece
mi corazón.
Rafael Sánchez Ortega ©
07/03/19