Carlos Eduardo

LÁZARO LEVANTATE Y ANDA

 

Son las diez de un día cualquiera,

el perfume de tu silueta

embriaga,

habitas toda la noche

entre cielo y tierra,

tan invisible como la misma oscuridad,

si no fuese por tu aleteo fínisimo

no se sabría nada de ti.

 

Ahora a plena luz, nadie conoce tu paradero en este país,

al otro lado del mundo alguien oirá tu sonido,

comprendiendo tu transparencia.

 

Sólo entonces ese fuego.

 

Hoy y siempre se transmiten infinitas señales

imposibles de asir.

 

Por lo que, creemos vivir.

 

Pero, es plenamente diferente,

incomprensible,

inabordable,

y por tales,

querible.

 

¿Despertaremos?