HASTA LA VISTA
En el ocaso de mi azarosa vida
recuerdos sigilosos desbordan
de madre salen.
Uno a uno el alma rasguña
una frazada elaborada
mis noches borrascosas abriga.
La soledad cuajada de anhelos idos
hielos amorosos congelados
mis pasiones rasgan.
El tiempo devorador implacable
las sonrisas de mis labios
de alimento le sirven.
Los recuerdos
en la espesura nebulosa del ayer
solo eso son, recuerdos.
Las alegres victorias de esos días
en lamentos quedan
sin sentir se fugan, huyen.
Hacia la eternidad la vida apunta
el sendero con lentitud camino
regreso no hay.
La inmisericordia cerca de mi está.
bambam