Su mirada. Su mirada que tengo clavada
y me habla su media sonrisa de escritora
con la historia de su vestido a cada hora
y a cada segundo convirtiéndose en mi balada.
Azul mirada y con mis ojos de enamorado
sale fuego de mi alma, como fuente de locura.
No me canso de verla, su luz es mi cordura
porque si no la veo...¡loco, loco y amargado
si su mirada no acaba en mí como un flechazo!
La amo, la adoro...es la mujer de mi sueño atómico,
es la mujer del cuadro, la mujer que me deja afónico,
es la condesa de las letras y mi dulce traficante.
Llevo conmigo su media sonrisa de diamante
y eternas gracias al maestro Federico de Madrazo.
(La condesa de vilches,1853) Federico de Madrazo