Y allí acostados me encontraba muy sediento, ver tu cuerpo y deseándote no aguantaba más el tiempo, de besarte, acariciarte y explorar todos tus deseos.
Mi cuerpo tembloroso se bañaba en placeres y tu, tan delicada, adormecida, te encontrabas en un descanso absoluto con tus ojos cerrados y el cuerpo literalmente al desnudo.
Ha oscuras en la habitación tan solos tu y yo, besarte no aguante y a recorrer tu piel me dedique, y es que me encanto sentirte estremecer, sentir tus jugos de mujer, escuchar esos gemidos que me vuelven loco, tanto a como la primera vez.
Me encanto hacerte el amor mientras dormias, despertarte con placeres, rebosandote de besos y llenarte de unas ganas que te hicieran desearme como te deseo a ti en cada día. Y es que me encanto hacerte el amor mujer divina.
HENRY RUIZ
20 DE MARZO 2019