Postales.
Sedienta de palabras mí memoria
atesora el instante del presente
donde el beso en silencio sabe a gloria
y el roce de tu mano es suficiente.
En páginas en blanco a nuestra historia
que tiene la ilusión como cimiente
y una esperanza que no es ilusoria
acuña ella con versos, diligente.
Despliega en la pradera de sus sueños
postales de los dos, junto a los leños
que del amar entibian sus destinos.
Bien sabe que en los días del mañana
ellos serán el sol en la ventana
que alumbren nuestros pasos ya casinos.