Todos los días me levanto y admito, tropiezo,
nadie me dice nada, al tanto todos están,
al final ella siempre se levanta
Entre mis fortuitos desvelos te pienso
e imagino tus pensamientos,
las palabras dichas para mi
sin importar los loas y afonías,
una palabra siempre tendría
Al término de la academia a punto estoy
y con nadie tengo para compartir,
las rosas de cada concierto se marchitan
en la ausencia de ti
Dime, con quién más que contigo para compartir,
los logros me saben a nada sin ti,
la desdicha ni siquiera comunica
porque a nadie preocupa o lamenta,
siendo quien me escucha, al violín lloran
y no saben siquiera el por qué
Autor de estos mis días, tantos sueños aniquilados,
a tu solitaria creación has abandonado,
recuerdos que aguardan en mi memoria,
es ahora que la vieja "Gaita de las Highlands" me aguda en consuelo
entre verdes colinas, cálidos y despejados ambientes
a ti mi amado padre recuerdo
En tu extinta gaita mis dolores
que en el comienzo de la colina al viento te ausculto,
invaden lágrimas a mi corazón
en asonancia con mi profundo dolor.
Clavel Rojo
© Alejandra P. Rodríguez Espinosa. Todos los derechos reservados