Nunca creí que me vería por mi propia salud tumbado en mi cama, volver a la calle quería, escuchar trinos y gritos infantiles, como un atolondrado alud, tengo que reconocer que tengo suerte, es gracias a mi mujer que vuelvo a la vida aplazando la muerte , el cuerpo que ha sufrido y gozado todos los embates de la vida , hoy está en calma, si a los gozos llaman los puritanos vicios, cómo llamarán las prácticas usureras y criminales quizás, fornicios el caso amigos es que . Desde la cómoda cama. Os aconsejo prudencia. Tened calmada el alma . Y aprended una nueva ciencia