Emprendo una retirada hacia mis ávidas sombras
Azuzado de silencios, a medio camino
Entre la búsqueda de respuestas y la pura pérdida
Que sostengo en mi cuerpo cansado.
Voy desintegrándome para no llorar,
Haciéndome coordenadas vacías, ruido blanco, una humareda de dolor
Quemado dentro de un cuarto de paredes ruinosas. Voy sellándome
A cal y desencanto,
Consumiéndome en esta neblina de plantas que se han resecado,
De amor que se ha restañado.
Un relámpago me destroza y vuelvo como la pesadilla;
Soy apenas una imagen más atrapada en la retícula,
El hueco de un grito,
Soledad.