El hombre vive corriendo,
corriendo vive y no para,
no piensa en un stop del alba,
no cree en un pasar sin nada.
Pasar y pasar corriendo,
escapando, escondiendo
lo que todos ven y callan
lo que nadie quiere ver y hablan.
Cansado de correr esta.
De quien se esconde el cobarde
si no es de su propia sombra,
de la propia Luz que arde?
Guerrero sin armadura,
cobarde sin su oponente,
con miedo a lo que no existe,
con pánico a obedecerse.
Ya no quiero más la guerra
y la mantengo en mi mente,
los cañones enfilados
sin nadie que los defiende.
Solos en el desierto
de mis noches indigentes,
solos en ese frío
sin nadie que los enfrente.
Respiro y en un suspiro
se vacían mis cañones,
las municiones no existen,
los temores, de a montones.
Mas la esperanza del ciego
la goza el que a ti se acoge
sin esperar nada a cambio,
solo el amor que en ti pone.
Dame Señor las alas
para volar mientra viva,
para soñar con las divas
y jugar con los gorriones.
Dame la fe del que nace
sin siquiera suponerlo,
la esperanza de la lluvia
y la fuerza del sustento.
Cánsame señor, cánsame
y que el cansancio sea tal
que mi espíritu se adome
y mi voluntad sea más,
que solo servirte quiera
sin mirar más hacia atrás,
entregarte cuanto tengo:
Fe, Alegría y Paz.
La Fe que me fortalece
para en la vida triunfar
sin que nada se interponga
ni me porfíe mi andar.
La Alegría desde dentro
de mi esencia natural
para llevarle al más pobre
una sonrisa de más.
Y la Paz, Señor, por cuanto
esconderla a los demás
en un aparente poste
de pura incredulidad,
dámela sin desconfiarte
de tu infinita bondad,
con humilde ceremonia
para recibirla ya.
Cansado voy por el mundo
con sombras por enemigos,
perdido entre los sistemas
de mundos desconocidos,
De aquellos que me engatusan
con falsas publicidades
y me encadenan mi tiempo
mi alma y mis libertades.
Basta ya de sinsabores
procurando no mirarte
luchando con mis miserias,
angustias y vanidades.
La vida es muy corta, sabes,
y de nada nos importa
porque al pasar de los años
tu nos acoges, y lloras.
Perdona tanta energía
perdida entre mis mayores
que nos mostraron sin frenos
lo que eran sus razones
de vivir la vida entera
en una lucha siniestra
sin justicia ni valores.
Abro mis ojos y veo
que a mi alredor no hay nada,
a nada porque temerle,
a nada por que me ahogue,
a nada que me limite
mis deseos, los mejores
de servirte en cada hermano
sin no más limitaciones.
Calla, calla a mi otro doble
que me deja extenuado
en una lucha constante
sin metas santificantes.
Alejándome por siempre
de tu amor inmensurable
sin dejar que así gobierne
lo que para ti es loable.