Cuando llegue el día caminaremos
con paso firme y frente en alto.
Orgullosos del logro que alcanzamos.
Cuando llegue el día entenderemos
la importancia del lustro vivido,
de la la alegría que por años hemos tenido.
Cuando llegue el día lo sabremos.
Sabremos que es el momento,
que es el final y también el comienzo.
Cuando llegue el día habrá silencio.
Latidos acelerados, nudos en la garganta,
lágrimas en las mejillas y una alegría santa.
Cuando llegue el día lloraremos.
De tristeza, de felicidad, de alegría
correrán las lágrimas mientras nos vemos.
Cuando llegue ese momento de despedida
y nos encontremos frente a frente
entenderemos la verdad de repente.
Sabremos que la vida es corta,
que el tiempo vuela y
que la existencia es una sola.
Comprendemos que existe el destino,
y que permanecemos unidos
aunque suene algo cervantino.
Cuando llegue el día lo sabremos.
En nuestra mente, alma y corazon
sin duda alguna lo sentiremos.
Pues mis queridos amigos
hoy les pregunto:
¿En algo me he equivocado?
¿No es esto lo que sienten estando aquí sentados?
Pues déjenme decirles compañeros
¡El día ha llegado, hoy nos graduamos!