Da gusto tomar las alas de poeta
y remontar los cielos infinitos
y ver la tierra, el mar, las montañas, los ríos,
y escribir poesía silente,
como Chaplin,
que no era silente… y vivirá siglos.
Gusto da tomar las alas
y viajar a tiempos ya olvidados,
quizás por recordar
lo que NO hemos sido:
ser poeta, sin dejar nada, ni un libro…
solo soñar que algún día un arqueólogo
encontrará las ruinas del poeta desconocido,
olvidado, perdido.
Gusto da tomar, sí, las alas de poeta
y volar, volar, sin rumbo definido:
al pasado, para respirar historia;
al futuro, para escribir un libro;
al pasado, para cambiar la historia;
al futuro, para romper el libro…
Frank Calle (7/feb/2018)