Asomado al ventanal ve caer la lluvia
Sobre la inmensa ciudad,
El cristal refleja la imagen de un hombre
Que pierde su mirada hacia el norte
Buscando a su amada.
Abre de par en par el ventanal y
Lanza un beso emocionado al aire
Como esperando que la brisa
Lo pose en el rostro de esa mujer
Que en la mañana dejo dormida.
De repente, llamo su atención
Una paloma mensajera que detuvo
Su vuelo en la cornisa,
Quiso llamar su atención, amigarse con ella,
Pensó par sus adentro, que podría enviar
Con ella sus poemas cada mañana, pero el ave,
Retomo su vuelo y vio su deseo desvanecer.
Sus labios recitaban y repetían su nombre
Constantemente, como llamándola,
Como una oración.
Se iluminan sus ojos, suspira profundamente,
Gira la mirada al interior de su oficina,
Y es ahí, justo ahí, cuando observo en sus ojos,
La hombría quebrada por el encanto
Y el amor de una mujer, de su mujer me dijo,
De mi esposa, respondió a mi pregunta.
El se fue, retomando sus quehaceres,
Y yo sigiloso me acerque al ventanal
Buscando en el horizonte la figura de esa mujer
Que quizás quedo dibujada en alguna nube gris.
Ni siquiera la conozco, pero llamo mi atención,
Ese hombre con la mirada perdida,
Si, perdidamente enamorado,
Como nunca antes pude ver.
Como jamás, quizás podre sentir.